En Turquía, en el corazón de la península de Anatolia y a una hora de Estambul en avión, se encuentra Capadocia. Capadocia es uno de esos lugares que hay que visitar, al menos, una vez en la vida.
Lo que hace a Capadocia un lugar tan especial, es su paisaje, el cual parece salido de un cuento.
Capadocia está formada por valles y caprichosas rocas cónicas esculpidas a lo largo de los siglos por el viento y la lluvia, misteriosas ciudades subterráneas e Iglesias de piedra de antiquísimas comunidades cristianas.
Las ciudades subterráneas de Capadocia
Cuna de los primeros hititas, la región de Capadocia ha sido tierra de paso a lo largo de la historia para distintas rutas de caravanas y ha estado habitada desde tiempo inmemorial por distintas civilizaciones; asirios, mongoles, persas, sirios, kurdos, armenios, griegos, romanos, turcos…
Lo que hace tan especial a esta región son sus formaciones rocosas, originadas millones de años atrás por la erupción de dos volcanes.
Esta tierra compuesta de lava, cenizas y barro, permitió a sus habitantes excavar en la roca blanda cuevas artificiales a modo de refugio contra los invasores de las estepas de Asia Central, que periódicamente asolaban la región.
Y no se trata de simples cuevas. Son ciudades enteras surgidas de la roca. Con un total de 36 ciudades subterráneas, la más grande y magnífica de todas, la ciudad de Derinkuyu, era tan grande que en ella se refugiaban 20 mil almas.
Además, la ciudad de Derinkuyu disponía de una fuente subterránea de agua, orificios de ventilación y la posibilidad de almacenar alimentos y ganado, lo que permitía a sus habitantes permanecer ocultos en la ciudad subterránea durante largos meses.
Así mismo, sus riscos y colinas fueron refugio para algunos de los primeros cristianos que buscaban la soledad y empezaron a proliferar las ermitas, las iglesias y los monasterios excavados en las caprichosas rocas de Capadocia.
Sin embargo, lo que atrae a viajeros de todo el mundo son sus cónicos pilares sobresaliendo entre sus valles. Los turcos las llaman «Chimeneas de las Hadas», y la mejor manera de contemplarlas es desde los cielos en un viaje en globo.
Volar en globo sobre Capadocia al amanecer
Cada mañana antes del amanecer, y por unos 150$ las compañías especializadas recogen a los pasajeros en sus respectivos hoteles y los llevan a un punto de encuentro. Después de un ligero desayuno empieza la aventura.
Junto con Badan en Camboya, es una de las vistas en globo más bellas del planeta. Desde las alturas, las caprichosas formaciones rocosas y sus pináculos, quitan el aliento.
Fuente:https://www.nomadbubbles.com/capadocia-turquia/